Trabajo desde casa, donde mi día transcurre entre asesorías, el café de media mañana, alguna receta en la cocina, tareas del colegio y también las mías—porque sigo formándome constantemente para acompañar mejor a cada mujer que confía en mí.
Mi rutina es una danza entre roles: mamá, profesional, estudiante, esposa pero, ante todo, mujer. Todo convive, a veces en medio del caos, pero siempre con propósito. Siempre me reservo un momento para mover el cuerpo, leer algo que me inspire y, sobre todo, reconectar conmigo. Así transito este camino: con un pie firme en lo profesional y el otro en el corazón del hogar.
Acompaño a mujeres en un proceso de transformación profunda desde el ser, ayudándolas a reconectar con su esencia y proyectar una imagen auténtica, coherente y segura. Mi enfoque único combina herramientas de imagen, bienestar emocional y desarrollo personal.